ANGELI. VIAJE A LAS EDADES DEL HOMBRE. LERMA 2019.

“Durante este peregrinaje el Señor enseña a los Suyos a conocerle a Él y Su actividad en gracia y en gobierno, y también para que se conozcan profundamente a sí mismos”.
(Dt 8:2-5).

Hemos sido peregrinos en nuestro viaje por las Edades del Hombre. Como peregrinos hemos contemplado la belleza de sus lugares y monumentos y como peregrinos hemos aprendido cosas nuevas y curiosas que, aun siendo cristianos, desconocíamos o habíamos olvidado…
Y aunque hoy en día el significado de peregrino es diferente al que fue, sí nos une el sentido religioso; y cuando digo que es diferente es porque para ellos era una motivación estrictamente religiosa y una prueba de fe, una hazaña, como muchas de las que hizo el Cid, que duraba meses; y diferente también porque en aquellos años el saber estaba limitado a unos pocos y para ellos el contemplar la belleza de un retablo, por ejemplo, era como una enseñanza, un estudio del cristianismo a través de la iconografía.

Como todos sabemos, el patrimonio religioso de Castilla y León es enorme y uno de los objetivos de las Edades del Hombre es dar a conocer este tesoro. Este año lo pudimos apreciar en Lerma, considerado uno de los pueblos más bonitos de España, con la magnífica exposición “Angeli” que tenía como tema principal a los ángeles.

Dado mi interés por el arte religioso, son muchas las cosas que me gustaría resaltar, pero, para no extenderme demasiado, voy a nombrar las que a mí más me llamaron la atención, pero no por ello quiero restar importancia a las que no mencione.

Antes de adentrarnos en la provincia de Burgos, hicimos una parada en Laguardia, en la provincia de Álava, precioso pueblo con tintes medievales donde nos sorprendió el magnífico y “oculto” pórtico de la fachada gótica de Santa María de los Reyes que destaca por ser uno de los pocos pórticos que mantiene su policromía original. Una maravilla bastante desconocida.

Ya en la provincia de Burgos visitamos una hilera de pueblos como Mahamud, Villahoz, Santa María del Campo donde nunca te podrías imaginar lo que te vas a encontrar; unas asombrosas iglesias, que parecen verdaderas catedrales y que contrastan con el tamaño de sus localidades, pequeñas hoy, pero importantes antaño, como muy bien nos explicaron. Resaltar, como anécdota o dato curioso, que Juana la Loca en su largo peregrinaje con el cadáver de su esposo, Felipe, hacia Granada, se alojó en Santa María del Campo. Se dice que huía de las grandes urbes para que cuantas menos mujeres se acercaran y observaran el rostro de su amado, mejor.

Ya en Burgos, ciudad acogedora, bonita, cómoda y con mucha historia, visitamos, con mucho interés, La Cartuja de Miraflores, lugar que te invita a la oración y a una vida contemplativa como la que llevan los monjes cartujos. Vida exigente y exenta de toda comodidad, difícil y dura concebirla hoy en día, pero no para ellos que, con un gran equilibrio mental, encuentran la alegría en alabar a Dios.
Cuando caminaba por el interior de la cartuja escuchando las explicaciones que nos iba dando José Ignacio pensaba en cuánta austeridad había, pero también en cuánta grandeza y riqueza artística, sobre todo en su retablo, de Gil de Siloé, que me pareció francamente precioso, original y diferente en su forma a los retablos que normalmente estamos acostumbrados a observar, sobre todo por esa rueda, ese círculo de ángeles que ampara el Calvario de Cristo. Delante del retablo se encuentra el panteón de los padres de Isabel la Católica realizado por el mismo escultor, en alabastro, y que cuando estás tan cerca te das cuenta del gran realismo que posee, con razón se dice que es una de las joyas del arte gótico europeo.

Para alguien que nunca ha estado en Burgos yo le recomendaría que entrase a la capital por el Arco de Santa María para así darse de bruces con la imponente catedral de estilo gótico que al menos, considero, hay que visitar una vez en la vida… Lo que más me llamó la atención fue que cuando entras en la catedral, al tener el coro en el centro, la hace estéticamente diferente, no tienes una panorámica global, una visión de conjunto por lo que hace que tengas que ir recorriendo, poco a poco, todos sus maravillosos rincones, de una gran belleza y con una mezcla de estilos debido a las distintas fases por las que pasó su construcción. Aunque se podría destacar muchísimas cosas, sí resaltaría la espectacular escalera dorada y la capilla de los Condestables.
No querría terminar mi reseña sobre el viaje a las Edades sin mencionar el Monasterio de las Huelgas donde destacaría su museo de trajes medievales muy bien conservados; la iglesia de San Nicolás de Bari, una de las más antiguas de la ciudad, en pleno camino de Santiago y con un excepcional retablo en piedra, o la visita a los Yacimientos de Atapuerca, con importantes descubrimientos fósiles, visita entretenida y curiosa en la que puedes ver el gran trabajo que están realizando y donde hablan de miles, millones de años como si de nada se tratase. Realmente te das cuenta de lo efímera que es la vida del ser humano. Creo que a todos nos dejó una profunda huella. Y qué decir de nuestro divertido viaje nocturno en tren por la ciudad de Burgos…
Finalmente, quiero dar las gracias a José Ignacio, guía en todos los aspectos, por los maravillosos viajes que organiza y donde siempre nos enriquecemos con su sabiduría.

María José

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